(El autor fué el notable doctor Andrés María Gallo - tomado de la revista SanteFe y Bogotá año III-Tomo VI 1.925)
SIMON BOLIVAR
"La mujer...la mujer!... nuestros antepasados la consideraban inferior al hombre, y nosotros la consideramos nuestra igual!...unos y otros estamos equivocados, porque la mujer nos es muy superior...Dios la ha dotado de gran perspicacia y sencibilidad, y ha puesto en su corazón fíbras delicadísimas, cuerdas muy sencibles a todo lo noble y elevado. El patriotismo, la admiración y el amor hacen vibrar esas cuerdas, y de ahí resultan la caridad, la abnegación y el sacrificio. Si así no fuera, las damas de la provincia de Tunja, ante cuya caridad y abnegación me descubro con respeto no habrían podido realizar el milagro que han hecho, y que todos palpamos. Henchidas por dos sentimientos, a cual más noble y elevado, la caridad y el patriotismo, han vestido al desnudo, saciado al hambriento, aliviado al adolorido y fortalecido al desfalleciente. Los patriotas se han comportado a maravilla, pero este era su deber. Pero sobre todo esto brilla el caluroso sentimiento patriótico de las señoras, con el cual han devuelto a un montón de hombres descorazonados y vacilantes su antiguo brío, su impetuoso valor y sus muertas energías; y todavía más: les han devuelto la fe. Sin este milagro, los españoles en el primer encuentro nos habrían arreado como un rebaño de corderos: pero hoy no sucederá eso: una causa que cuenta con tales sostenes, es incontrastable, y un ejjército impulsado por tales estímulos, es invensible...."
SIMON BOLIVAR
"La mujer...la mujer!... nuestros antepasados la consideraban inferior al hombre, y nosotros la consideramos nuestra igual!...unos y otros estamos equivocados, porque la mujer nos es muy superior...Dios la ha dotado de gran perspicacia y sencibilidad, y ha puesto en su corazón fíbras delicadísimas, cuerdas muy sencibles a todo lo noble y elevado. El patriotismo, la admiración y el amor hacen vibrar esas cuerdas, y de ahí resultan la caridad, la abnegación y el sacrificio. Si así no fuera, las damas de la provincia de Tunja, ante cuya caridad y abnegación me descubro con respeto no habrían podido realizar el milagro que han hecho, y que todos palpamos. Henchidas por dos sentimientos, a cual más noble y elevado, la caridad y el patriotismo, han vestido al desnudo, saciado al hambriento, aliviado al adolorido y fortalecido al desfalleciente. Los patriotas se han comportado a maravilla, pero este era su deber. Pero sobre todo esto brilla el caluroso sentimiento patriótico de las señoras, con el cual han devuelto a un montón de hombres descorazonados y vacilantes su antiguo brío, su impetuoso valor y sus muertas energías; y todavía más: les han devuelto la fe. Sin este milagro, los españoles en el primer encuentro nos habrían arreado como un rebaño de corderos: pero hoy no sucederá eso: una causa que cuenta con tales sostenes, es incontrastable, y un ejjército impulsado por tales estímulos, es invensible...."
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